jueves, 15 de diciembre de 2011

EL PRODIGIOSO HOMO ALPINUS

Los veo a 8000 metrazos, colgados de paredes de hielo a más (o menos, según se mire) de 30º bajo cero, zarandeados por la ventisca y cegados por la nieve, y me pregunto de qué pasta están hechos, cuál es el secreto que les permite desafiar a la gravedad y a la muerte y salir indemnes de retos que superan los límites de lo humano. Mi amigo Juandi, que sabe un rato de estos seres de las cumbres (tanto de los que suben como de los que van a buscarlos cuando no bajan), me pone en la pista: 


¡Acabáramos! ¡Así cualquiera!... Ardo en deseos de conocer a alguno de estos prodigios y estrecharle la mano. Seguro que resulta estremecedor.
 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

IGNORANTES BRASILEÑOS

Es nuestro español un idioma de palabras llanas… Me refiero a las que lo son por su acentuación, es decir, a aquellas cuya sílaba tónica –sin ginebra, por favor– es la penúltima –y sigue pareciendo que estamos en un bar–: agua, soda, vino, caña…, las hay a patadas por toda la barra del diccionario. Y no sólo constituyen abrumadora mayoría, sino que, precisamente por eso, generan en los hablantes un impulsivo proceso de llanificación (o allanamiento, si se prefiere), sinónimo en lo mental a nuestro castizo “Ancha es Castilla” (que lo es por llana, claro). Fruto de esa pasión paroxítona, sacamos el rodillo y aplanamos lo que haga falta. Por ejemplo, la cresta de ese futbolista dizque prodigioso, ese mulato brasileño que responde al nombre de… Sí, venga, que está hasta en la sopa… Ni más ni menos que NéymarNéymar por aquí, Néymar por allá… Algún periodista marciano ha puesto el oído para escuchar cómo lo llaman sus paisanos, y ha tenido el atrevimiento de hacerlo igual que ellos: Neymar… ¿Cómo? Pero ¿quién le ha dado el carnet de prensa a semejante incauto agudista, a tamaño traidor oxítono?... Neymar, a quién se le ocurre… Ah, ¿que es así como se dice?... Pero ¿qué sabrán esos ignorantes brasileños de cómo suena bien un nombre?... Y, si no, que se lo pregunten a Ártur Mas (el general MasÁrtur de los catalanes)…


miércoles, 16 de noviembre de 2011

DEJADECES

Según la RAE, dejar es lo que yo he hecho con este blog, más por pereza que por falta de clientela; es decir, “abandonar”. También, entre otros significados y usos como verbo auxiliar, equivale a “permitir”, “soltar”, “encomendar”, “ausentarse”… Esto era así cuando yo iba a la escuela, pero, en los últimos tiempos, hemos asistido, vía telediario –como Telefónica, ¿quién si no?–, a la ampliación del campo semántico de dejar. Quizás haya sido una derivación de uno de sus significados primigenios (“producir ganancia”) o quizás –por ésta me inclino– una ocurrencia, pero el caso es que un día sí y otro también los atentados, las catástrofes naturales y los accidentes dejan muertos. Nada tengo que objetar a que las palabras cambien sus significaciones o adquieran otras nuevas; eso lleva pasando desde siempre, es la vida misma de la lengua (la vida misma de la vida). Lo que me cabrea es el absolutismo mediático con el que la moda se ha extendido, hasta el punto de que dejar está condenando al ostracismo, en este contexto informativo, a los “vulgares” y ya tan vistos ocasionar, producir o causar. Como todo abuso, puede ser reducido al absurdo; por ejemplo, en la noticia según la cual, pongamos, el tsunami de Japón ha dejado equis mil muertos y equis mil desaparecidos, se ve razonable la tentación de preguntar ¿dónde?, sobre todo si se trata de éstos últimos, porque sus familiares lo agradecerían… Y, aparte, lo que a mí se me ocurre es que estos muertos son unos dejados, como yo con mi blog. Pero no volverá a pasar (me refiero a lo mío, claro). 


viernes, 6 de mayo de 2011

ANTOLOGÍA 2010 (III): MEADAS TERRITORIALES

Resulta tirando a obvio que, muchas veces, el lenguaje se usa a modo de meadilla canina, esto es, para marcar territorio. Territorio gremial, quiero decir. Basta oír hablar a algunos publicistas: cualquier cosa menos cristiano. En la jerga bancaria, no se abre una cuenta corriente (con lo sencillo y clarito que parece), sino que se apertura, o incluso se aperturiza. Los políticos –qué ralea la suya– se afanan también, y mucho, en generar palabros de a cinco pavos. Y en el periodismo, que es lo que me suele ocupar, ya ni te digo: cualquier trifulca transita de inmediato hacia la batallacampal, bueno, mejor, auténticabatallacampal, que es palabra única. Como lo son los verbos biendecir (a quien Dios se la dé, San Pedro se la biendiga) o biencomentar, o la expresión comonopodíaserdeotramanera (usada casi siempre cuando sí puede ser de otra manera) o la socorridísima esosí, que algún día merecerá capítulo aparte. Todo a cuento de las noticias derivadas del accidente ferroviario de Árevalo-Arevalo-Arévalo (ya comentado no ha mucho), en el cual, cómo no, la máquina del tren se había convertido en un amasijodehierros. Allí mismo, a pie de obra, pudimos asistir al florido lenguaje de los carguillos de medio pelo de la pequeña o insignificante institución de turno, uno de los cuales se lanzaba con locuacidad feliz y surrealista a decir que los bomberos estaban “procediendo a liberalizar el cuerpo del maquinista”. Pobre, recién fallecido y tratado ya como un vulgar sector de la economía o como una empresa pública. Supongo que él y su familia estarían más tranquilos si lo pudieran, simplemente, liberar


viernes, 25 de marzo de 2011

ANTOLOGÍA 2010 (II): TRILOCACIÓN

Mañana se cumple exactamente un año. Dos trenes de mercancías chocaron entre sí, con el trágico resultado de una persona muerta (el maquinista que conducía el convoy que arremetió contra otro que estaba detenido). Aquí tenemos –como ejemplo ilustrativo– unas imágenes de cómo quedaron los vagones de espachurrados. 


Pues bueno, hasta ahí todo muy claro; pero de repente, viendo la tele, pensé que me había colado en el programa de Iker Jiménez. Porque los distintos informativos parecían estar hablando del mismo accidente, pero al final del día, mi conclusión fue que el suceso tuvo lugar, al mismo tiempo, en al menos tres lugares diferentes (digo al menos porque hay una cuarta posibilidad, pero no vi todos los telediarios): mientras que Noticias Cuatro conectaba en directo, a las 20:37, con Árevalo (así rezaba el rótulo), la última edición del Telenoticias de Telemadrid se desplazaba hasta Arevalo, con lo que, lógicamente, no podían encontrarse con los reporteros de TVE1, que llevaban todo el día en Arévalo… En fin, pero ¿he dicho cuatro posibilidades? En realidad, podrían ser hasta ocho... Y porque sólo hay una v, que si llega a pasar en Villaviciosa, los encargados de los rótulos nos habrían vuelto locos.

 

EL PRIMER MISTERIO DE LAURA


Emitieron esta promo en noviembre o diciembre de 2010, pero como la serie que anunciaba se prometía “muy pronto” y esa prontitud (entretelas de las conveniencias y las audiencias) no terminó de concretarse, acabaron retirándola. Pero hoy mismo la han vuelto a poner. Iluso de mí, pensé que habrían aprovechado el provisional descanso para corregir la locución. ¿Que dónde está el error? ¡Vive dios!... Que rebautizar a monsieur Poirot con el nombre de Henri es ponerlo fonéticamente a la altura de Henri Parot, el etarra. Terrorista no menor (en lo audiovisual, se entiende) es el autor del texto. Que el personaje de Agatha Christie era HÉRCULES Poirot, Hércules el mitológico, de profesión sus trabajos. Y a ti, redactor carente de la más general de las culturas, lebrel de los guionistas, te digo lo que a Manolete: si no sabes torear, ¿pa qué te metes?

 

lunes, 28 de febrero de 2011

ANTOLOGÍA 2010 (I): ALZHEIMER ORTOGRÁFICO

Como todo Día Mundial que se precie, el del Alzheimer (21 de septiembre) tiene también su parcelita en los medios. En su caso, que yo recuerde, casi siempre se ha tratado de un spot. Igualmente este año, y ha sido el que sigue:


En fin, nada que objetar a su significado evidente (trágico y solemne, correctísimo, como corresponde a la ocasión), sino a su contenido, digamos, paralelo (y para lelos, que también). En un primer plano, a través de un recurso formal consciente –esas líneas de texto que se van desvaneciendo–, el anuncio nos propone una metáfora de la progresiva pérdida de memoria; pero, al mismo tiempo, y con la contundencia de una pedrada en el ojo, ya que salta a la vista, a la inicial se suma una nueva y más ambiciosa correspondencia, ésta de todo punto involuntaria (estoy seguro): la del olvido progresivo (y no sólo por parte de los enfermos, sino también de una buena parte de los redactores que en el mundo publicitario son) de las normas más elementales de la ortografía y la gramática de esta lengua, la nuestra, que es su instrumento de trabajo y que se supone que deberían conocer. Porque sólo como fruto de un laberinto de tontuna se podría entender el arranque directo y a la mandíbula con ese Hola hijo, así juntito, sin coma que separe ambos términos, como es preceptivo para separar el vocativo (“¿vocativo?, ¿y eso qué es lo que es?”, se preguntarán, por ejemplo, los que parieron sin coma el ¿Dónde estás corazón?). Y seguimos, ya mismito, con algo peor: simplemente incalificable ese jóven (no por habitual menos sacrílego), perpetrado sin duda por creativos que cómen, bében y se pónen de todo tipo de sustancias (aunque ni eso explicaría tamaña ignorancia). Por último –y esto es también una batalla que se va perdiendo–, la minúscula de dice que es tu hermana tras los puntos suspensivos. Pero ¿tan difícil de interpretar es la norma que indica: “Después de los puntos suspensivos, cuando cierran un enunciado, se escribe mayúscula. Cuando no cierran un enunciado y éste continúa tras ellos, se escribe minúscula”? Visto lo visto, sí, de modo que os recomiendo encarecidamente –sí, a todos, es necesario, pues plagados están de este error marquesinas, periódicos y hasta libros editados por casas serias (la saga Potter, por poner un ejemplo)– que os paséis por la web de la RAE (www.rae.es), busquéis la Ortografía y os miréis el apartado 5.5; hay algunos ejemplos claros de cómo funciona el tema. Pero antes, ya que estamos aquí en comandita, os dejo un truco bastante eficaz, creo yo. Veamos las frases:

Me comeré cuatro… fresas.
Calla… el hombre llega.

Si quitamos los puntos suspensivos:

Me comeré cuatro fresas.
Calla el hombre llega.

En efecto, la segunda era incorrecta. Luego se escribiría:

Calla… El hombre llega.

Pues eso. Pues de nada.
 

martes, 8 de febrero de 2011

INTRO

¿Tiene que ser temático un blog? ¿O puede ser un cajón de sastre? En ésas un rato llevaba cuando, de repente, una simple constatación vino a resolver el debate: desde bien pequeño, desde mi más tierna infancia, las palabras son mis amigas. Yo las amo, ellas me aman. Y esa pasión correspondida es la que me arrebata si en la tele, en la radio, en internet o en la prensa escrita algún gañán indocumentado que se dice periodista o profesional las maltrata, ultraja o vitupera. Por eso, cuando tal sucede, y sucede cada vez más veces, me llevo el arco a la cara y, convirtiendo al susodicho en la diana de mi flecha, con fuego justiciero así le digo: “Eh, tú, bellaco, apártate de esa palabra… Suéltala ahora mismo o te mático”…