lunes, 28 de febrero de 2011

ANTOLOGÍA 2010 (I): ALZHEIMER ORTOGRÁFICO

Como todo Día Mundial que se precie, el del Alzheimer (21 de septiembre) tiene también su parcelita en los medios. En su caso, que yo recuerde, casi siempre se ha tratado de un spot. Igualmente este año, y ha sido el que sigue:


En fin, nada que objetar a su significado evidente (trágico y solemne, correctísimo, como corresponde a la ocasión), sino a su contenido, digamos, paralelo (y para lelos, que también). En un primer plano, a través de un recurso formal consciente –esas líneas de texto que se van desvaneciendo–, el anuncio nos propone una metáfora de la progresiva pérdida de memoria; pero, al mismo tiempo, y con la contundencia de una pedrada en el ojo, ya que salta a la vista, a la inicial se suma una nueva y más ambiciosa correspondencia, ésta de todo punto involuntaria (estoy seguro): la del olvido progresivo (y no sólo por parte de los enfermos, sino también de una buena parte de los redactores que en el mundo publicitario son) de las normas más elementales de la ortografía y la gramática de esta lengua, la nuestra, que es su instrumento de trabajo y que se supone que deberían conocer. Porque sólo como fruto de un laberinto de tontuna se podría entender el arranque directo y a la mandíbula con ese Hola hijo, así juntito, sin coma que separe ambos términos, como es preceptivo para separar el vocativo (“¿vocativo?, ¿y eso qué es lo que es?”, se preguntarán, por ejemplo, los que parieron sin coma el ¿Dónde estás corazón?). Y seguimos, ya mismito, con algo peor: simplemente incalificable ese jóven (no por habitual menos sacrílego), perpetrado sin duda por creativos que cómen, bében y se pónen de todo tipo de sustancias (aunque ni eso explicaría tamaña ignorancia). Por último –y esto es también una batalla que se va perdiendo–, la minúscula de dice que es tu hermana tras los puntos suspensivos. Pero ¿tan difícil de interpretar es la norma que indica: “Después de los puntos suspensivos, cuando cierran un enunciado, se escribe mayúscula. Cuando no cierran un enunciado y éste continúa tras ellos, se escribe minúscula”? Visto lo visto, sí, de modo que os recomiendo encarecidamente –sí, a todos, es necesario, pues plagados están de este error marquesinas, periódicos y hasta libros editados por casas serias (la saga Potter, por poner un ejemplo)– que os paséis por la web de la RAE (www.rae.es), busquéis la Ortografía y os miréis el apartado 5.5; hay algunos ejemplos claros de cómo funciona el tema. Pero antes, ya que estamos aquí en comandita, os dejo un truco bastante eficaz, creo yo. Veamos las frases:

Me comeré cuatro… fresas.
Calla… el hombre llega.

Si quitamos los puntos suspensivos:

Me comeré cuatro fresas.
Calla el hombre llega.

En efecto, la segunda era incorrecta. Luego se escribiría:

Calla… El hombre llega.

Pues eso. Pues de nada.
 

martes, 8 de febrero de 2011

INTRO

¿Tiene que ser temático un blog? ¿O puede ser un cajón de sastre? En ésas un rato llevaba cuando, de repente, una simple constatación vino a resolver el debate: desde bien pequeño, desde mi más tierna infancia, las palabras son mis amigas. Yo las amo, ellas me aman. Y esa pasión correspondida es la que me arrebata si en la tele, en la radio, en internet o en la prensa escrita algún gañán indocumentado que se dice periodista o profesional las maltrata, ultraja o vitupera. Por eso, cuando tal sucede, y sucede cada vez más veces, me llevo el arco a la cara y, convirtiendo al susodicho en la diana de mi flecha, con fuego justiciero así le digo: “Eh, tú, bellaco, apártate de esa palabra… Suéltala ahora mismo o te mático”…